Las organizaciones tradicionales con un sistema de organigrama vertical están obsoletas. Si quieres mejorar los procesos de tu empresa en términos de eficiencia, eficacia y flexibilidad, apuesta por la gestión de procesos.
La principal diferencia entre una gestión por procesos y una tradicional es que la primera está orientada a satisfacer al cliente. Además, se potencia más la figura del líder directivo en detrimento del concepto jefe.
Las organizaciones se han visto abocadas a modificar la manera de hacer las cosas, es decir, revisar la gestión de procesos dentro de la empresa. En definitiva, se trata de mejorar el flujo de trabajo para hacerlo más eficiente y sin olvidar a los clientes.
¿En qué se fundamenta la gestión de procesos para una empresa?
Para que la gestión de procesos sea correcta, debemos conocer cuál es la cadena de valor de la empresa y definir los distintos elementos implicados, así como las personas. Por ello, los pilares en los que se basa son:
- Una estructura de la organización que esté fundamentada en los procesos orientados a clientes.
- Un cambio de estructura de jerarquía vertical a horizontal o plana, delimitando cuál es la responsabilidad de cada profesional.
- Trabajar como grupos multidisciplinarios.
- El uso de la tecnología para eliminar tareas que no añaden valor.
- Llevar a cabo planes de mejora continua y así poder optimizar los gastos y aprovechar mejor los recursos.
¿Qué necesitas para implementar una gestión de procesos en tu organización?
Existen ciertas pautas que se deben seguir para alcanzar una gestión basada en procesos:
- El compromiso de la dirección. En este caso, la barrera la encontramos cuando hay necesidad de formación en desarrollo directivo para ser capaz de dirigir el cambio.
- Búsqueda del compromiso por parte de los empleados, por encima del sentimiento de obligación.
- Identificación y clasificación de los procesos en las interacciones entre la organización y los clientes.
- Relación de los procesos bajo una matriz y elaborar un mapa de procesos.
- Generación de unos objetivos estratégicos.
- Definición y medición de los KPI que se ajusten a las necesidades de la empresa.
- Comprobación antes de implantar la gestión de procesos.
La gestión de procesos transforma la visión de la empresa a favor del cliente, que se convierte en el epicentro de esta nueva forma de organización. Apuesta por el cambio de la mano de nuestro servicio de Interim Management.